El Señor Dios dijo: “Lo que más me sorprende es que a pesar de que los creé según Mi semejanza, la mayoría de ellos nunca se han dado cuenta de la multitud de dones, talentos y capacidades divinas que existen sin ser utilizados en ellos; y me sorprende que aunque los creé para que me conozcan y se alegren junto a Mí en la eternidad, la mayoría de ellos no piensan en Mi y ni siquiera sospechan de Mi existencia. Sin embargo Yo soy el que en cada momento, cada instante, les ofrezco todo lo que necesitan.
Me sorprende que aunque les ofrecí las posibilidades infinitas de amar sin medida, muchos de ellos aman muy poco y aun casi nada.
Me sorprende que son muy pocos los curiosos que han descubierto Mis secretos.
Me sorprende que muchos de ellos dejan de ser niños, se apuran tontamente en madurar, y luego, cuando sus vidas están vacías e inútiles, suspiran nostálgicos por los tiempos en los que eran niños.
Me sorprende que, preocupándose mucho por el futuro o maltratándose de un modo tan tonto por lo que sucedió en el pasado, ellos ignoran de un modo irremediable el presente, y justamente por esto ellos no viven felices ni en el presente, ni en el futuro, ni en el pasado.
Me sorprende que muchos de ellos vivan de un modo larvario y tonto, casi como si nunca tuviesen que morir y otros mueren casi como si nunca hubiesen vivido y deben saber que Yo los hice según mi semejanza, para existir y vivir muy felices, estando siempre en un eterno y paradisiaco comienzo que existe en la eternidad.”
El señor Dios miró al ser de un modo misterioso y después le dijo: “Deberían pedirme todo y ser concientes de que lo que me pidan y que sea bueno para ellos, Yo se los voy a regalar.”
El hombre preguntó después al padre celestial “¿Qué le pedirías a tus niños?”
“Les pediría que Me ofrezcan lo mas a menudo posible amor, agradecimiento y adoración."
Luego, para ayudarle a aquél hombre entender lo que era mucho mas allá de las palabras, Dios Padre lo miró con su tierna mirada que siempre es llena de un amor oceánico de bondad, de hermosura, de transfiguración y compasión.
Después Dios le dijo: “Todos los hombres deben aprender, que siempre cuanto más amen, tanto mas serán amados, ellos deberían aprender que cuando entonces regalen mucho amor recibirán a la vez ellos mismos, mucho amor.
Ellos deben que aprender que no se puede siempre pretender que alguien los ame, pero todo lo que pueden hacer según sus posibilidades es dejarse ser amados entonces cuando alguien los ama, amando también ellos mas y mas a sus turnos, ellos deben aprender que en el amor no existen limites y la única medida para amar en el amor, es amar sin medidas.
Ellos deben aprender que si en su existencia no me ofrecen siempre el lugar más importante, en realidad ellos no me ofrecen ningún lugar.
Ellos tienen que aprender que todo lo que es mas valioso para ellos no son los bienes materiales y lo que tienen en la vida, y ellos deben descubrir que todo lo que tiene mas valor para ellos en la eternidad, es el espíritu inmortal que es una estrella de mi mismo que la he escondido en cada uno de ellos. Y después, ellos deben descubrir el valor insospechado del alma y descubrir el gran valor que tienen para ellos también los seres humanos que están siempre cerca y que les aman.
Ellos tienen que aprender que una multitud de Ángeles los pueden acompañar si ellos les piden con amor y fe, que les ayuden, guíen e inspiren y les acerquen para elevarse hacia mi.
Ellos deben aprender a utilizar el ejemplo de los modelos excepcionales elevándose a través de la admiración y la adoración al nivel de estos modelos.
Ellos tienen que aprender que siempre y sin excepción, muy feliz y rico no es el que tiene más, sino el que necesita poco, porque ya descubrió plenamente en su universo interior todo lo que es esencial y paradisiaco.
Ellos tenían que aprender que deben controlar lo mejor posible y con sabiduría todas las acciones, de tal modo las acciones que realicen no lleguen nunca a encadenarlos ni controlarlos.
Ellos deben aprender que perdonar y amar se aprende solamente amando.
Ellos deben aprender que son hombres excepcionales que aun llegan a ser capaces de amar mucho pero sin embargo son extremadamente pocos los hombres que saben de verdad mostrar esto a través de los hechos y de los estados asombrosos que regalan.
Ellos deben aprender que tanto los amigos verdaderos como las amigas verdaderas son muchos menos de los que se imaginan, así que si encuentran un amigo o una amiga verdadera esto significa a la vez que son muy afortunados y que descubrieron un gran y verdadero tesoro.
Ellos deben aprender que cada ser humano siempre llega a ser exactamente lo que piensa de tal modo que cada ser humano recibe siempre exactamente lo que merece.
Ellos deben aprender que cada vez lo que siembren es exactamente lo que cosecharán.
Ellos deben estar convencidos desde el inicio, desde antes aún, que el que haga mucho bien al final mucho bien será lo que recibirá.
Ellos deben aprender que la verdadera felicidad no significa solamente realizar las aspiraciones o sueños, sino estar a la vez muy contentos con todo lo tienen, logrando en cada momento el estado de paz profunda divina.
Ellos tienen que aprender que la felicidad profunda y duradera no depende solamente de la suerte porque a la vez ella es el resultado de nuestras propias elecciones y nuestras claras y firmes intenciones.
Ellos tienen que aprender que quienes son pobres en deseos, son siempre ricos en ser contentos.
Ellos tienen que aprender que es muy importante despertar y amplificar cuanto más rápido posible en ellos los estados de felicidad.
Ellos deben aprender que siempre indiferentemente de las consecuencias, quienes son muy puros, muy humildes, tiernos y muy sinceros tanto con los demás como con ellos mismos, llegan mucho más lejos en la vida, y son mucho más felices.
Ellos deben aprender que en una estrecha relación con el amor que tienen hacia a Mí es que les respondo, siendo Yo para cada uno de ellos, un misterioso y perfecto espejo en el cual cualquiera de ellos se contempla y se espeja incluso cuando aún no se den cuenta de esto.
En una estrecha relación con sus intenciones y sus hechos, cada uno de ellos recoge los efectos que sembraron a través de las causas que pusieron en el movimiento, aun cuando ellos no sospechan esto.
Las mismas causas despiertan los mismos efectos y la aparición de algunos efectos distintos muestran que fueron iniciadas previamente algunas causas distintas.
Ellos deben aprender que todo en lo que me ofrecen previamente los frutos de sus acciones, yo aceptaré con alegría eliminando de esta manera y para siempre todas las consecuencias de sus hechos cuyos frutos me fueron ofrecidos previamente a Mi.
Ellos deben que aprender que la mayor distancia de la que se pueden encontrar de mí, aun cuando no lo sospechen, es solamente la distancia de una simple oración sincera y humilde que nazca en la profundidad del corazón.”