Los misterios ocultos de la importancia de
los momentos de hiatos en la practica espiritual
Lema: Las misteriosas esferas de fuerza de los astros siempre predisponen, impulsan, pero no determinan estrictamente
"En la medida en que seamos plenamente conscientes de todo lo que está ocurriendo en términos sutiles en este momento astrológico excepcional, entonces, gracias a nuestra plena y profunda consciencia, nos beneficiaremos de un auténtico regalo divino, que se nos ofrece a cada uno de nosotros"
Definición: El término "hiato" proviene del latín hiatus, que significa "faltante", "vacío", "interrupción", "pausa", "parada". Un hiato es una ruptura que hace que aparezca alguna discontinuidad entre dos aspectos distintos sucesivos. En otras palabras, un hiato marca una interrupción que se produce en el tiempo o una parada que se produce en una determinada continuidad o serie de acontecimientos.
Los momentos ocultos del hiato son en realidad la expresión de la Ley oculta del número 7, que conocen los grandes iniciados y sabios. Esta Ley oculta del número 7 muestra que, en realidad, en el conjunto de la Manifestación todo se desarrolla en ciertas etapas (secuencias), lo que apunta a un cierto orden universal oculto y exactamente predeterminado. La ley oculta del número 7 señala a los iniciados la utilización, en cualquier acción o proceso, de dos tipos de energías misteriosas que se comprometen armoniosamente en ciertos momentos bien establecidos para cada una, energías que son necesarias para la iniciación y finalización (terminación) de la acción o proceso en cuestión.
Dentro de esta Ley oculta del número 7 aparece siempre, en la primera fase, la energía misteriosa del inicio, o el impulso inicial, que está impregnado de los datos específicos que definen la acción o el proceso en cuestión. Si cuando el impulso inicial (la energía misteriosa del inicio), se encuentra exactamente en la fase en la que está a punto de terminar y no se interviene de forma óptima en ese preciso momento, en ese momento oculto del hiato es posible que se produzca una discontinuidad, y que esa acción o proceso sea asumido por cualquier otro tipo de energía (que puede ser muy diferente a la energía misteriosa del inicio y proseguir en una dirección que no estaba prevista en un principio, o incluso detenerse en la fase en la que fue provocada por la energía misteriosa del inicio.
Por eso, en cualquier acción o proceso, es precisamente en ese momento oculto del hiato (o, lo que es lo mismo, precisamente en ese momento de neutralidad que se produce después de que el impulso inicial se haya liberado en las tres fases distintas: de aumento de energía, de mantenimiento de la energía en acción -fase caracterizada por una meseta sui generis- y de la disminución que se produce cuando la energía disminuye), siempre es necesario el aporte de una nueva y misteriosa energía. Esta nueva energía, que tiene un papel de apoyo, debe estructurarse informativamente de la misma manera que la del principio (la energía misteriosa del inicio), para que el proceso o la acción en cuestión se retome de una manera determinada "sobre la marcha", y luego se continúe y se complete de acuerdo con el objetivo que se definió inicialmente.
Esta segunda energía, que podría denominarse energía de continuación y finalización, se integra, por tanto, precisamente en ese momento oculto de hiato, para permitir la continuación de la acción o del proceso, y se manifiesta también en tres fases evolutivas: de aumento de la energía, de mantenimiento de la energía en cuestión en la acción (fase caracterizada por una meseta sui generis) y de disminución, que se produce cuando la energía expira. Estas fases, sumadas a las cuatro fases iniciales del proceso (es decir: las tres fases de la energía del comienzo más el momento de neutralidad o el momento oculto del hiato), constituyen en total las 7 fases distintas del desarrollo de cualquier acción o proceso en la manifestación.
Por lo tanto, si se analiza detenidamente, se puede ver que siempre hay tres etapas distintas en cualquier fenómeno de Manifestación: la etapa de crecimiento, la etapa de mantenimiento y la etapa de culminación. La etapa de mantenimiento o continuación propiamente dicha sólo tiene lugar siempre después de que se haya superado con éxito el primer momento del hiato oculto. Finalmente, tras la etapa de finalización, el fenómeno o proceso en cuestión entra en otra fase de neutralidad (o, lo que es lo mismo, en un segundo momento oculto del hiato, que a veces también se llama hiato final), una fase propia de cualquier acción o proceso que ha concluido con éxito.
En la medida en que seamos plenamente conscientes de todo lo que está ocurriendo en términos sutiles en este momento astrológico excepcional, entonces, gracias a nuestra plena y profunda consciencia, nos beneficiaremos de un auténtico regalo divino, que se nos ofrece a cada uno de nosotros, pero tal regalo divino está oculto a los obtusos, escépticos y aletargados.
Para comprender, lo mejor posible, este aspecto, recordemos que: "Las misteriosas esferas de fuerza de los astros siempre predisponen, impulsan, pero no determinan estrictamente". Para ello, es esencial ser constantemente consciente, a través del reflejo, de todo lo que está sucediendo aquí y ahora. Esto significa (especialmente en los momentos excepcionales del hiato) conectarse plenamente con el Momento Presente, con gran dedicación y aspiración espiritual. Un momento oculto tan profundamente beneficioso nos ayuda a penetrar en los misterios del ser y a disfrutar, espiritualmente hablando, de los asombrosos misterios de las sublimes resonancias astrales. Todo esto es posible a través de un enfoque firme y continuo de la atención o, en otras palabras, una consciencia óptima, que al mismo tiempo nos da la oportunidad de experimentar plena y profundamente el misterio de estar conectados en continuidad con el Momento Presente.
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