El ser humano se puede acercar y entrar en comunión espiritual profunda con DIOS PADRE en cualquier momento, por medio de cualquier tipo de acción benéfica que realice, indiferentemente de la naturaleza de ésta, si el ser humano respectivo consagra a DIOS PADRE la acción respectiva (que es fundamentalmente buena) y sus frutos. Para realizar la CONSAGRACIÓN hacia DIOS PADRE es necesario antes de todo, que el ser humano tenga un estado interior intenso de apertura espiritual y humildad. Ésta actitud espiritual es la verdadera clave fundamental de todas las prácticas espirituales de orden interior.
Cuando ofrecemos los frutos de una acción a DIOS, y cuando DIOS recibe esa ofrenda, que más tarde producirá una acción,  prácticamente la acción no es llevada a cabo por el ser humano en cuestión, sino que, en realidad el verdadero autor es DIOS, el ser humano que realiza la CONSAGRACIÓN, ofrece totalmente y de modo incondicional cualquier tipo de resultado.
En el momento en que  el ser humano consagra hacia DIOS y cuando la CONSAGRACIÓN y las ofrendas de sus acciones son recibidas de DIOS, el ser humano obtiene la guía, inspiración y sostén en forma directa de DIOS PADRE.
En tal situación el ser humano se abre en frente de la eternidad e infinidad de DIOS y entonces él puede vivir, en cierta medida, un estado profundo de comunión espiritual con DIOS.
Por lo tanto, realizando en todo momento la CONSAGRACIÓN de los frutos de nuestras acciones a DIOS, y luego intentando de sentir claramente la respuesta interior afirmativa, que se manifiesta en forma de estado de comunión íntima y misteriosa con el ser infinito de DIOS, cada uno de nosotros podemos vivir en este momento el estado de inmortalidad espiritual.
En esta situación, el ser humano es capaz de sentir de modo maravilloso que es abrazado por DIOS, y que al mismo tiempo, es capaz de abrirse y sentir que abraza a DIOS PADRE lleno de amor,  en su propio universo interior, que se halla dilatado y percibido en su dimensión infinita de Microcosmos.
Este es un aspecto espiritual esencial que, si no lo olvidamos y aspiramos que nuestras acciones importantes a lo largo del día, las realicemos con ésta actitud espiritual ejemplar, o dicho de otra manera, ofreciendo los frutos de todas las acciones que vamos a realizar hacia DIOS, vamos a tener la posibilidad de sentir que nuestro ser  entra en ese momento en un estado de comunión maravillosa con la eternidad de DIOS. Entonces nos convertimos en participantes del estado de inmortalidad espiritual, del estado de eternidad que DIOS nos transmite directamente, luego de realizar la CONSAGRACIÓN, cuando Él está de acuerdo con la realización de la acción respectiva. En ésta situación podemos sentir luego de realizar la CONSAGRACIÓN que DIOS se manifiesta a través de nosotros y de éste modo podemos sentir directamente en nuestro ser, la inspiración, la fuerza, la gracia, el poder, y lo que es mas importante del punto de vista práctico, vamos a ser liberados de los efectos, que de otro modo tendríamos que soportar si no hubiésemos realizado la CONSAGRACIÓN.
Para poder realizar lo mejor posible la CONSAGRACIÓN, necesitamos desarrollar en nosotros un estado de sinceridad total, porque cuando no tenemos hipocresía y nada que esconder podemos verdaderamente sentir la respuesta real que viene de DIOS. Es importante que nos demos cuenta que la sinceridad es una condición de básica, es una sinceridad que no tiene que ser demostrada al exterior, seria absurdo. En realidad se refiere a la actitud interior en la cual no tenemos como esconder algo en nuestro corazón en frente de DIOS. Estamos hablando de una actitud interior que frecuentemente es llamada sinceridad con nosotros mismos. En realidad se trata de nuestra sinceridad en relación con DIOS que es percibido como una presencia viva en nuestro universo interior. Justamente por eso, teniendo ese estado vamos a poder ofrecerle a DIOS de corazón lo que vamos a realizar como acción y de ésta manera le solicitamos directamente que nos guíe, que nos encamine, para tener de esta manera la respuesta justa de lo que tenemos que hacer o no. Por intermedio de la CONSAGRACIÓN no hacemos otra cosa que ofrecer plenos de sinceridad como un regalo a DIOS, los frutos obtenidos luego de realizada  dicha acción.
Para poder entender mejor el sentido profundo de ésta actitud espiritual, partimos de un ejemplo muy simple, algo común. Decimos que, en algún momento, nos despertamos y nos proponemos comprarle leche a nuestra madre. Nos vestimos, tomamos el dinero, bolso, botellas y salimos a comprar leche a nuestra madre pensando: “Esta acción que hago ahora, sus frutos, o sea las botellas de leche, son para mamá que se va a poner muy feliz que me levante temprano para comprarle leche. Ésta acción no es para mí. En realidad a mi no me gusta la leche, pero sin embargo lo hago porque a mi madre le gusta mucho la leche y se va a alegrar mucho cuando regrese a casa. Cuando regrese le voy a decir ~ Mamá te ofrezco éstos dos litros de leche, son tuyos ~ ”. En ese caso, nuestra acción de ir a comprar leche y el objetivo propuesto, la leche, que le compramos son para alegrar a nuestra madre. Los frutos de ésta acción le pertenecen; para ella pensamos en hacer la acción. Entonces en éste contexto podemos estar felices de la felicidad de nuestra madre pero su alegría que vamos a sentir, porque le compramos leche, sin embargo le pertenece.
Partiendo de éste simple ejemplo – que no tenemos que tomarlo idéntico en nuestra vida diaria (pero podemos encontrar ejemplos en diferentes situaciones de nuestra vida) – perteneciente a un echo común de la vida, podemos aplacarlo analógicamente en cualquier circunstancia de la vida en la que deseamos consagrarle a DIOS, los frutos de nuestras acciones. Por lo tanto, en la situación en la cual le ofrecemos a DIOS los frutos de una acción, teniendo en ese momento un estado de candor de un niño, consagramos lo que nos corresponde recibir, sea en realidad una ofrenda que le ofrecemos a DIOS. 
Desde luego que, si vamos a consagrar de ese modo, aunque no conocemos ningún tipo de teoría metafísica compleja, que ni siquiera tenemos conocimientos filosóficos, sepamos algunos fundamentos de conocimiento a práctica de alguna religión, aunque no hayamos estudiado ningún libro sobre la relación del hombre con DIOS, aunque no sepamos lo que significa KARMA, cuales son los conceptos orientales, puede que ni siquiera creemos clara y firmemente en DIOS, si precedemos sinceramente, de ésta manera vamos a observar algo asombroso, algo milagroso que se va a producir en nuestro ser. Por lo tanto para aplicar ésta actitud fundamental de la CONSAGRACIÓN, un necesitamos ser, ni filósofos, ni metafísicos, no necesitamos conocer los conceptos orientales u occidentales de naturaleza religiosa, sólo necesitamos tener un estado de lucidez interior y proceder de un modo muy simple.
Por medio de éste estado sincero que manifestamos, ofreciendo plenos de amor la DIOS los resultados de nuestras acciones, vamos a sentir interiormente un estado  maravilloso de comunión con algo que nos sobrepasa en dimensión y sutileza. Que se manifiesta como un flujo sutil de carga extática, trascendente, generador de felicidad y alegría interior, que siempre se manifiesta en nuestro ser de arriba hacia abajo. Generalmente, ésta respuesta maravillosa la sentimos que viene de algún lugar por encima de la coronilla, inundándonos  nuestro ser y de esta forma nos hace entrar casi instantáneamente en un estado de conciencia superior llena de felicidad,  estado de vibración que es muy superior al los estados de la vida diaria. Por lo tanto, este es un estado de excepción, un estado maravilloso de ser.

 

La CONSAGRACIÓN de los frutos de una acción a DIOS PADRE tiene para loa iniciados tres inmensas ventajas:
Ventaja n° 1: La CONSAGRACIÓN de los frutos nos permite al momento de recibir la respuesta darnos cuenta con anticipación si lo que vamos a realizar, está de acuerdo con la conciencia misteriosa de DIOS, bueno o malo, y de ésta manera nos permite evitar con anticipación el mal que no nos damos cuenta que puede aparecer como consecuencia de nuestra acción. En el caso de que la respuesta sea afirmativa, nos revela siempre, los misterios benéficos de DIOS. De ésta forma aprendemos algo al respecto de los misterios benéficos de DIOS con cada CONSAGRACIÓN  de los frutos de los cuales hemos recibido una respuesta afirmativa.
Ventaja n° 2: Cuando la respuesta de la CONSAGRACIÓN que hemos realizado es positiva, afirmativa, nos revela qué la acción respectiva que hemos de realizar ha de ser, sin equivocación, buena en frente de DIOS PADRE. En ese caso, la buena acción que vamos a realizar, nunca implica luego la aparición de una “cadena” que nos obligue a regresar para recibir los frutos que la acción implica, indiferentemente que lo queramos o no, como en el caso de los buenos frutos de nuestra acción que no es desapegada.  De ésta manera nos estamos encadenando a causa de las leyes de causa y efecto, o dicho de otra manera, debido a la Ley del Karma. Éste aspecto iniciático tiene un inmenso valor en especial para aquellos que se dan cuenta de su gran importancia. Precisamente por eso se puede afirmar que en realidad la CONSAGRACIÓN de los frutos a DIOS PADRE es sin equivocación alguna una modalidad espiritual y religiosa esencial. Aunque es simple en apariencia y al alcance de todos, sin importar la religión que tengamos, la CONSAGRACIÓN de los frutos de las acciones a DIOS es y va a ser siempre, en especial para aquellos que la comprenden, y la practican habitualmente una revelación esencial planetaria.
Ventaja n° 3: Es la ventaja más importante, y puede ser descubierta sólo por aquellos que tengan el gramo de práctica necesario. Precisamente por eso, se puede decir que podemos convertirnos en maestro en el arte de las CONSAGRACIONES espirituales sólo a través de la práctica perseverante. Esto es válido solamente en la circunstancia que recibimos una respuesta afirmativa al final de la CONSAGRACIÓN que nos revela siempre que nuestra acción es sin ninguna duda, de acuerdo con la misteriosa Volunta de DIOS. Es el momento que recibimos una respuesta afirmativa a nuestra CONSAGRACIÓN, en la que los frutos fueron ofrecidos incondicionalmente a DIOS, cuando DIOS realiza  la acción a través de nuestro ser, sentimos misteriosamente cada vez (cuando realizamos una determinada acción o hecho con CONSAGRACIÓN) la condición inefable, misteriosa de un liberado espiritual en vida (JIVANMUKTA). Por consiguiente, en el caso de una acción o hecho es realizada con CONSAGRACIÓN de los frutos y efectos hacia DIOS, el que actúa en y a través de nuestro ser de forma enigmática es DIOS PADRE. Por consiguiente en le caso de una acción o hecho  que es realizada con CONSAGRACIÓN de los frutos o efectos hacia DIOS, el que actúa en y a través de nuestro ser de forma enigmática es DIOS PADRE.
A la luz de ésta revelación, nos podemos dar cuenta que cuando se realiza a travas de nuestro ser una acción o hecho con CONSAGRACIÓN fe los frutos, nos transformamos en testigos sorprendidos y desapegados de todo lo que DIOS realiza momento a momento en y a través de nuestro ser. De ésta manera se puede decir que cualquier acción o hecho que se realiza con CONSAGRACIÓN de los frutos, pedemos aprender cada vez extraordinariamente mucho de todo y de todo lo que DIOS realiza en y a través de nuestro ser, cuando Él actúa en y a través de nosotros para cumplir aquella acción o hecho cuyos frutos le pertenecen sólo a Él. A la luz de éstas revelaciones nos podemos dar cuenta con facilidad cuando tenemos dudas sobre cuan buena puede ser para nosotros una determinada acción, podemos clarificarnos con anterioridad, con la ayuda de DIOS, realizando previamente la CONSAGRACIÓN de los frutos de la acción a DIOS PADRE. Después en función de la respuesta que aparece nos podemos dar cuenta si la acción respectiva que tenemos intención de realizar es buena del misterioso punto de vista de DIOS PADRE.

Por el profesor yoga Gregorian Bivolaru

Academia Espiritual de Yoga ANANDA