En nuestro SADHANA, (la práctica espiritual), podemos encontrar muchas “trampas”, que pueden desviarnos del camino directo y ascendente que nos llevará a la realización espiritual.Por lo tanto, es necesario tener una visión más amplia, observando el camino que aún debemos recorrer, de modo de no limitarnos, al estacionarnos permanentemente en la misma etapa.
Estos aspectos básicos nos ayudarán mucho en la comprensión clara de las etapas que hemos alcanzado, y de las que aún nos falte recorrer.
1) La euforia inicial que se experimenta en los primeros pasos en el despertar de la conciencia, tiende a retraerse tarde o temprano, en la mayor parte de los casos. Este aspecto es propio de la duración del impacto energético del comienzo, el que nos da fuerzas en los primeros pasos del camino de la realización espiritual. Luego de este período de efervescencia, sobreviene una sensación de aflojamiento, un decrecimiento del estado de gracia, que puede llevar incluso a desesperar.
El poema de San Juan de la Cruz titulado “La noche oscura del alma”, se refiere a este estado de conciencia de quien siente haber perdido por el momento la gracia divina que le hacía anteriormente tan feliz.
2) En el SADHANA (la práctica espiritual), prácticamente cada “cumbre” es seguida por un nuevo “valle”. Aunque el proceso evolutivo es generalmente ascendente, la evolución no es lineal, sino con muchos sube y bajas. La comprensión de este aspecto nos ayudará a pasar mejor y más fácilmente a través de ambos momentos.
3) Cuanto más purifiquemos nuestro ser, es posible que paradójicamente nuestras impurezas nos parezcan más y más importantes. En esta etapa debemos comprender que este fenómeno aparece no debido a que estemos nuevamente estancados en los aspectos ilusorios, sino porque realmente nos volvemos capaces de apreciar el peso de ése lastre de nuestro ser, más claramente. Los leones vigilantes en las puertas del templo de la formación espiritual, se vuelven más y más feroces a medida que penetramos hacia la parte más íntima y central del edificio espiritual. Obviamente, la luz bajo la cual podemos ahora ver todo, es mucho más poderosa, y por esto, todo se vuelve más intenso y verdadero, debido a la energía adicional que acompaña la siguiente etapa en el SADHANA.
4) Al comienzo, consideraremos que nuestro SADHANA ocupa un parte restringida de nuestra vida, y asignamos a nuestra práctica una porción de tiempo bien definida. Al pasar del tiempo, nos daremos cuenta de que, de hecho, todo lo que hagamos formará parte de nuestro SADHANA.
5) Una de las “trampas” que pueden ocurrir en algún momento avanzado de nuestra evolución espiritual, es la llamada “trampa Sattvica” (o “trampa de la pureza”). Nosotros haremos todo (al menos desde el punto de vista externo), de la manera que debemos hacerlo, así, en forma aparentemente perfecta, y podemos encontrarnos poseídos por la idea de habernos convertido en un ser sumamente puro. El sabio llama a esta etapa la etapa de la “cadena dorada”. De hecho, esta ya no es una cadena de hierro, pero aún es y sigue siendo una cadena. Por lo tanto, debemos abandonar esta idea de nuestra propia pureza si es que realmente aspiramos a la total realización de nuestro divino Ser (ATMAN), que debe ser alcanzado en esta misma vida.
6) Al comienzo de nuestro viaje espiritual, nos preguntamos a menudo cuán largo será, y si podremos llevarlo a cabo en el transcurso de nuestra vida. Más tarde, viviremos extáticamente la incidencia del “ahora”, en todo momento, y la oportunidades que tendremos, una tras otra, serán interpretadas en términos de “aquí” y “ahora”. De este modo comprenderemos que cualquier momento, aún este mismo instante, puede ser para nosotros la justa coyuntura privilegiada para la manifestación de la gracia divina, la que produce la definitiva realización espiritual. En este nivel, nos ubicaremos completamente en una paz profunda y una serenidad soberana, y dejaremos de preguntarnos acerca del momento y la coyuntura en la cual lograremos la Suprema Realización Espiritual.
7) Al comienzo, andando en el camino espiritual, no hacemos otra cosa que perseguir el logro de algo acerca de lo cual no tenemos aún una imagen perfecta. Más adelante, tratamos de cumplir con nuestro SADHANA en la forma más continuada posible. Al fin, practicaremos simple y livianamente nuestro SADHANA, ya que “¿qué otra cosa podría hacerse?”.
8) En una determinada etapa de nuestra evolución espiritual, encararemos nuestro SADHANA con mucha mayor perseverancia y seriedad. Más adelante comprenderemos profundamente el dicho de Jesucristo, de que en la búsqueda de Dios el hombre no debe desfigurar su rostro. Un estado responsable de tonificación y entusiasmo, un humor cósmico que debe ponerse de manifiesto en los momentos difíciles que deberemos atravesar, este es otro aspecto importante de nuestro viaje espiritual.
9) En ciertas etapas de nuestra evolución, enfrentaremos indudablemente algunos momentos en los que todo parece permanecer inmóvil. Estas “experiencias de inmovilidad” son también puntos difíciles de nuestro viaje espiritual. Pero debemos comprender que, una vez que damos comienzo a este proceso de evolución, si realmente efectuamos todo correctamente, nuestra evolución no puede detenerse. Solamente nos parece que se detiene (se estanca), cuando la observamos desde nuestro punto de vista y perspectiva limitados. Y en estas situaciones no debemos hacer otra cosa más que continuar con mayor tenacidad aún de la que habíamos comenzado.